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Saber desconectar sin llevarse el trabajo online a las vacaciones

Cuando oímos la palabra vacaciones lo más probable es que inmediatamente pensemos en “descanso”, pero ¿realmente desconectamos?  ¿Somos capaces?

Si nos guiamos por las estadísticas, parece ser que no: aproximadamente un 70% de los trabajadores españoles afirmaba en un estudio de Cigna que, una vez fuera del horario laboral, eran incapaces de dejar el trabajo atrás. En gran parte esto se debe a que contamos con mayores facilidades para estar conectados continuamente, siendo algo que ha ido en aumento a raíz del teletrabajo. Esto no quiere decir que solo las personas que están teletrabajando sufran esta situación, pues basta con tener un teléfono móvil a través del cual puedan comunicarse con nosotros para tratar asuntos laborales.


La importancia de un descanso real


Generalmente, se está de acuerdo en que nuestras vacaciones deben ser un tiempo para olvidarnos del trabajo y relajarnos. Sin embargo, no existe un número concreto de días que sean “los adecuados”, ya que la clave no está en “cuánto” sino en la calidad. Así, puede ocurrirnos que, pese a haber tenido un mes de vacaciones, no hemos sido capaces de desconectar…o todo lo contrario y con dos o tres días ya hemos tenido un buen descanso.

De esta manera, para algunas personas desconectar no es una tarea nada fácil y resulta algo lógico, pues su cuerpo ha aceptado el estrés de tal forma que produce niveles elevados de determinadas hormonas como pueden ser la adrenalina o el cortisol, manteniéndole continuamente en alerta y activo. El problema llega cuando se sale de esta especie de “zona de confort”, cuando los niveles deben bajar porque es hora de parar y descansar. Sumado a esto, como ya mencionábamos, el estar constantemente conectados no es una gran ayuda. 

Socialmente, el estrés está más que normalizado y la preocupación es lo aceptable, por lo que tener tiempo libre nos desestabiliza. Por supuesto también influye cómo seamos, nuestra propia autoexigencia o los miedos que puedan surgir al no saber qué encontraremos cuando volvamos. 

Aunque en nuestro día a día nos hemos acostumbrado a hacer del estrés algo normal, todas las personas tenemos un límite a partir del cual nuestra energía disminuye, haciendo que estemos cansados tanto física como emocionalmente. Esto puede incluso derivar en la debilitación de nuestro sistema inmune, teniendo más probabilidad de enfermarnos. 

Las vacaciones tienen que servir para recuperar el equilibrio y son clave para poder superar o evitar sufrir trastornos emocionales. Así que ¿qué ocurre cuando llegamos a nuestro límite y, pese a tener días libres, no logramos desconectar? 

Cuando el estrés se prolonga de manera continuada podemos sufrir insomnio o cambios en nuestro estado de ánimo hasta el punto de desarrollar depresión o ansiedad y, por supuesto, el conocido síndrome de burnout. También puede aumentar nuestro azúcar en sangre y podemos sufrir agotamiento, dolores de cabeza, hipertensión, dolor muscular o problemas cardiovasculares. Por último, existen otras consecuencias físicas como la pérdida o el aumento del apetito con sus consecuentes cambios en el peso, así como otras relacionadas con nuestro entorno como que, por ejemplo, las personas de nuestro alrededor se sientan apartadas y puedan percibir que no se les da suficiente valor o atención. 

Por eso, conseguir descansar (pero “de verdad”) es tan importante. Es necesario que la desconexión sea efectiva, aunque no tengamos un plan definido o nos toque quedarnos en casa. Hay que romper con la rutina para que cuando volvamos sigamos haciendo nuestra actividad profesional igual de bien y, para ello, podemos tratar de seguir algunos consejos. 


¿Cómo desconectar del trabajo en vacaciones?


En primer lugar, tanto si te vas fuera como si te quedas en casa: no importa. El lugar es lo de menos, aunque pueda parecer lo contrario.

Lo importante es romper esa rutina, como ya comentábamos, y con los siguientes consejos esperamos poder ayudarte a disfrutar y descansar como te mereces:

    1. Deja todo listo antes

Para tener más tranquilidad puedes ir finalizando tus tareas unos días antes de irte de vacaciones. A veces no se consigue dejar todo cerrado, pero si es posible deja terminadas las más importantes o, al menos, aquellas que podrían impedirte desconectar. 

    2. No tengas miedo a delegar

Si se te queda alguna tarea que requiera atención continua y tienes compañeros que puedan ocuparse de ello, ¡delega! De esta manera, el trabajo no se quedará parado y habrá alguien pendiente para que tú no tengas que estarlo. 

    3. Reorganiza tu casa

¿Has estado teletrabajando o te has llevado trabajo a casa? Entonces lo mejor es que guardes todo lo que pueda recordarte tus tareas laborales. Si tenías una habitación destinada a ello, como un despacho, es hora de cerrar la puerta. 

La idea principal es que sientas que algo ha cambiado o que estás en otro lugar para así escapar de la ajetreada rutina. 

    4. Planifica salidas

No hace falta que cojas un barco, un avión o que te vayas muy lejos…puedes salir por tu ciudad, pueblo o algún otro lugar cercano. Con la velocidad del día a día no solemos tener tiempo para disfrutar y tomárnoslo con calma y, en ocasiones, no vemos lo que nos rodea. Además, algunas actividades no podemos hacerlas mientras estamos trabajando.

Planificar una salida de un día, llevándote tu comida o comprándola fuera, es una opción perfectamente válida. Ir a la playa, la montaña, dar un paseo…son otras actividades que, aunque parezcan sencillas, pueden ayudarnos a desconectar. 

    5. Cambia el enfoque

No des vueltas a lo que “deberían” ser tus vacaciones ideales, pues determinadas expectativas solo acaban por generar desconsuelo. Es posible que ir a unas islas paradisíacas sea la imagen que tengamos en mente de vacaciones de ensueño, pero tal vez no podemos ir: pensar en lo que no vamos a hacer solo nos causará angustia.  

Lo importante es que hagas aquellas actividades que te resulten agradables, pero sin ponértelas como una obligación que acabe causándote más estrés. Deja a un lado la autoexigencia y el establecer horarios estrictos.

    6. Establece límites en tus redes

Correo electrónico, WhatsApp, LinkedIn, Facebook o cualquier otra red social…evita todas aquellas herramientas que utilices durante tu trabajo y busca alternativas. 

Es posible que algunas las utilices también para permanecer en contacto con personas de tu ámbito personal, como puede pasar con, por ejemplo, el WhatsApp. En ese caso puedes silenciar todo aquello que tenga que ver con tu trabajo o archivarlo.

No olvides comunicar a tus contactos que empiezas tu periodo de vacaciones, de esta manera evitarás que te envíen demasiados mensajes. De hecho, puedes avisarles de cuándo vas a volver.

Asimismo, puedes intentar dar prioridad a aquellas actividades que no requieran contacto con lo digital y aprovechar la oferta de ocio que ofrecen las diferentes épocas del año.

Si tienes la posibilidad, elige un destino vacacional que no tenga mucha cobertura y, si la tiene, puedes apagar tu dispositivo de manera que estas vacaciones te sirvan como un retiro espiritual


¡Te deseamos unas buenas vacaciones!

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